domingo, 27 de marzo de 2016

Domingo de Resurrección a través de mis ggafas

Domingo de Resurrección : Este es el Día que hizo el Señor, sea Nuestra alegría y Nuestro Gozo.
Nuestra alegría ; NUESTRA: No solo de los creyentes sino de todos. Por todos nosotros murió en la Cruz y por todos nosotros Resucitó. Felicidades a Todos.

martes, 22 de marzo de 2016

La Prima Vera a través de mis gafas

Ya hemos recibido, como todos los años, la esperada visita de nuestra Prima-Vera. Viene alegre, animosa, dispuesta a cumplir con lo que se espera de ella; que las flores que ahora son capullos se abran con todo su esplendor de olor y color, mientras que las golondrinas vuelven a sus nidos que van arreglando pacientemente de los desperfectos que han sufrido desde que se fueron a otros lugares más cálidos.
Yo he saludado a mi Prima-Vera preocupada, ¿cómo decirle que los capullos de mis macetas, que se tenían que abrir, o no han salido siquiera y si han salido el frío de la noche los ha helado? ¿cómo decirle que las golondrinas que debían de venir, vinieron hace más de dos semanas?. Cuando yo las escuché con su guirigay saludando a sus vecinas y tratando de poner más habitaciones en sus nidos para arrendarlos; me pareció mentira que estuvieran ahi tan pronto
pero, ahí estaban.
Nada es ahora como era antes y todo es culpa de nosotros los "Homos sapiens" que nos hemos cargado el clima y mi Prima-Vera es la 1ª victima del llamado "cambio climático" que con su terrible calor cada año va mermando más el espacio de Ella. No, no le diría nada no quería preocuparla o quizás ella, con su inteligencia, ya se había dado cuenta de que nada es ya como debía de ser, quizás sea eso. Hemos llegado a un pacto silencioso y disfrutaré de Ella el tiempo que el " cambio climático" tarde en echarla de aquí.
Siento mucho esta entrada un poco pesimista, pero es que hoy estoy llena de rabia y dolor, por los atentados terroristas de Bélgica, que nos afecta a todos¿ Hasta cuando esta barbarie de esos asesinos?






viernes, 11 de marzo de 2016

La "Puerta Misteriosa" a través de mis gafas

En esta entrada voy a describir sobre lo que ocultaba " la misteriosa puerta" que había en el pasillo de entrada a la casa de mis abuelos.
Aquella puerta estaba casi siempre cerrada solo,y en contadas ocasiones, estaba entornada ; un día cuando pasábamos estaba abierta y mi madre, cuando la vio, nos empujó a mi hermana y a mi hacia el patio y cuando ya estábamos en las habitaciones de mis abuelos nos dijo que no se nos ocurriera entrar en aquellas habitaciones nunca, porque allí vivía una señora que estaba enferma  y nos podía pegar su enfermedad, que nos castigaría si entrábamos. Ahora, con la distancia de los años, creo que aquella prohibición tan tajante despertó en mi mi curiosidad y mi innata rebeldía, desde aquel momento aquella puerta fue para mi como un imán, y un día al pasar por la célebre puerta vi que estaba entreabierta, no me lo pensé, la empujé un poco y se abrió, entré y
allí, en medio de la habitación, había una mujer bellísima con una ropa  que a mi me pareció deslumbrante ( era un kimono) de colores y dibujos preciosos, tenía media melena de pelo negro con ondas, la cara muy blanca, los labios y las uñas pintados, yo la miraba embobada, ella me dijo que se llamaba Lucrecia y por lo visto sabía como me llamaba yo, mientras me hablaba me ofreció un bonito recipiente lleno de bombones ¡ Dios mío! yo no había probado nunca una cosa tan rica, comí algunos y cuando terminé me limpió la boca con cuidado para que mi madre no me riñera, por lo visto también sabía que mi madre no quería que entrara allí y me dijo que volviera  cada vez que quisiera.
Lógicamente volví, no una vez, sino cada vez que íbamos a casa de los abuelos, después de comer me escurría como una anguila, empujaba la " puerta" y entraba.
Poco a poco me fui dando cuenta de que la ropa de Lucrecia, los muebles, los adornos, hasta una mesita  con un plato con unos palitos encendidos que echaban un humo que daban un olor muy agradable a la habitación, todo esto nunca lo había visto ¡era todo tan bonito!, me gustaba la suavidad de los Kimonos de Lucrecia y los tocaba. Ella veía como yo lo miraba todo y me dijo que así era como vestían las señoras de unos países muy lejanos y que lo muebles y todo lo demás eran de allí , ella me hablaba de los países del Sol Naciente; ahora sonrío cuando recuerdo como empleaba este nombre tan teatral  para hablarme de China, Japón, Tahilandia y todo lo referente a estos países orientales, yo la escuchaba embobada, ella había viajado mucho y ahora comprendo que era bastante culta, a mi me encantaba escucharla, me parecian cuentos de sitios desconocidos que ella me contaba con aquella voz tan dulce y su sonrisa un poco triste , mientras yo saboreaba aquellos ricos bombones. Ella nunca me besaba solo me acariciaba la cabeza.
Siempre había por allí una señora que le hacía la limpieza y la atendía, últimamente estaba casi siempre recostada en el sofá con aspecto cansado, pero siempre con su dulce sonrisa; cuando si me abrazó llorando fue cuando trasladaron a mi padre a las Minas del Castillo de las Guardas y ya no estábamos tan cerca de Sevilla para ir tan a menudo  . Solo la vi una vez más , a la siguiente vez la puerta estaba abierta y la habitación vacía, me atreví a preguntar a mi madre por ella, me miró extrañada  y me dijo lo mismo que me decía cuando yo preguntaba por mi abuela, " se ha ido al cielo" y yo comprendí que ya no la vería más y lloré , mi madre me preguntó porque lloraba y yo le coté todo, ya no me importaba que ella se enterara, me sorprendió ver que no me castigaba y que en seguida me llevaba al médico y que se llevó un tiempo poniéndome el termómetro .
Cuando ya de mayor le pregunté a mi madre el porqué del termómetro me dijo que Lucrecia había tenido tuberculosis una enfermedad contagiosa muy de la época; me habló de Lucrecia, me dijo que era verdad que había viajado mucho con un señor que estaba casado y con el que mantenía relaciones, que en la casa siempre habian sido muy discretos, ,este señor había atendido a Lucrecia en su enfermedad hasta el final y parecia quererla mucho, terminó diciéndome que ella no era quién para juzgarla. Me gustó escuchar a mi madre hablarme así.
Lucrecia con su cariño y admiración por los países del "sol naciente" influyó en mi de tal manera que desde entonces siento una admiración sin límites por todos los países orientales, he procurado ver todas las películas ambientadas en esos países y he leído todos los libros que he podido y que hacen referencia a ellos, especialmente si son de autores nativos como Yasunari Kawabata autor de novelas que me encantan, por el lenguaje de singular belleza lírica y exquisita sensibilidad para tocar los temas. Ahora estoy leyendo, por enésima vez , "Pais de nieve" su obra cumbre, y me tiene enganchada , como siempre. Fue el primer autor japonés en ganar en 1968 el Nobel de Literatura.
Nunca olvidaré a Lucrecia mi "dulce Geisha " que abrió para mi un mundo  de belleza indescriptible.












martes, 1 de marzo de 2016

La Casa donde nací a través de mis gafas

Nací en la c/ Torrijiano nº 11, una calle estrecha que daba a la Resolana( corazón del barrio de la Macarena ) era una casa de vecinos, como todas las clásicas casas de vecinos de aquella época; allí vivían mis abuelos, allí nació mi madre y su hermano. En aquella época las mujeres daban a luz en sus casas o en casa de sus padres, donde eran asistidas por matronas.
Mis padres vivían en Alcalá del Río donde estaba destinado mi padre, que era guardia civil y cuando mi hermana nació y 3 años y medio más tarde nací yo, mi madre se fue a casa de sus padres para dar a luz; aún siendo yo pequeña casi todas las tardes mi madre nos llevaba en el autobús a Sevilla para que mis abuelos disfrutaran de nosotros.
Recuerdo aquella casa como si la estuviera viendo ahora mismo; tenía una gran puerta de madera que daba a un zasguán donde había una cancela de hierro que daba a un pasillo largo y bastante ancho con las paredes revestidas de azulejos sevillanos, a la izquierda del pasillo había una " puerta" que daba a dos habitaciones, esa"puerta" fue la culpable de mis primeros pecados de mentiras, ya hablaré de esa "puerta misteriosa". El pasillo desembocaba en un gran patio donde había 4o5 escalones de madera con macetas de pilistras, que desde la puerta de la c/ se veía , y resultaba muy bonito. En el patio
había dos puertas con dos habitaciones cada una donde vivían dos familias, una de ellas eran un matrimonio con dos hijas y un hijo, más una hermana soltera de ella; estas hermanas eran modistas recuerdo que en el verano y el buen tiempo ponían el taller en el patio y después de almorzar las vecinas se ponían todas allí a coser 
y aún creo escuchar las risas, las canciones y el parloteo de todas ellas que le daban un aspecto alegre al patio. mientra mi hermana y yo jugábamos por allí sin enterarnos nunca si la Parrala era de Moguer o de La Palma.
En este patio había una cocina con dos fregaderos y dos anafres para el uso común de los vecinos de abajo, en un rincón, más apartado, había un retrete para uso de todos los vecinos, al lado estaba las escaleras que llevaban al piso de arriba que tenía un pasillo con una baranda rodeando el patio por tres partes, a un lado y otro había 4 puertas que se correspondían con las habitaciones de arriba, las habitaciones de mis abuelos daban a la c/ Torrijiano,la parte de arriba al igual que la de  abajo tenian una cocina idéntica y una escalera para subir a la azotea donde estaban los lavaderos y tendederos. A mi me encantaba subir allí y mirar todos los tejados de las casas colindantes y con la fantasía que Dios me ha dado me gustaba imaginar  quienes vivían allí, las tenía todas catalogadas y me divertía.
Esta era la casa de vecinos donde vivían mis abuelos que en los albores de los años 60 estaba ya un poco viejita y a la que el dueño "el señó manué" se negaba a reparar porque quería venderla y los vecinos empezaron su éxodo personal hacia nuevos barrios de Sevilla, pero lo que el "señó manué " no consiguió es que los vecinos dejaran la amistad que les había unido toda una vida, se llamaban por teléfono y se ponian de acuerdo para ir a merendar, un día de la semana a casa de uno de ellos, donde se reunían y hablaban de sus cosas, recuerdo que mi madrina y mis primos se fueron al Tardón  a la c/ López Pinillos y allí coincidí algunas veces con vecinos que venían a merendar. En cuanto a la familia de las modistas se fueron a vivir a Felipe II y un día, las ví aquí en la Casa del Mayor en el taller de entrenamiento de la Memoria, se habían venido a vivir a Gines y ahora nos vemos con más frecuencia.
En cuanto a la casa nº 11 de la c/ Torrijiano, es ahora una casa de pisos; no la he querido ver, en mi retina y en mi corazón aún existe aquella casa de vecinos , con una gran puerta de madera, una cancela,un corredor con azulejos sevillanos,y una escalera de peldaños de madera con macetas de pilistras.











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