Una de las grandes " proezas" que hice en mi niñez, me costó un castigo por parte de mi padre, pero de la que aún me siento orgullosa. Yo tenía entonces unos 8 o 9 años vivíamos en Alcalá del Rio y mis amigas compraban por las tardes en un puesto de chuches un pirulí que costaba 3 perras chicas, aunque no era mucho mi madre no nos podía dar todos los días 3 perras gordas que era lo que costaban 2 pirulis, uno para mi hermana y otro para mi, por lo que todas las tardes nos preparaba 2 pirulis hechos de azúcar; con una cuartilla de papel blanco hacía dos cartuchitos cónicos, metía cada uno en el gollete de una botella, ponía en la candela un cazo con azúcar y cuando el azúcar cuajaba un poco le pinchaba un palillo de dientes, cuando cuajaba del todo los mojaba para que se desprendiera el papel y ya ¡¡teníamos nuestros riquísimos pirulís!!
Lo que pasa es que a mi me llamaba màs la atención los pirulis que compraban mis amigas, no sé si por los colores o por el simple hecho de comprar.
Mi padre tenía un compañero que fue el que me hizo ganar mi primer dinero porque cada dos o tres días me mandaba al estanco por un paquete de tabaco, me daba un billete de papel, no sé cuanto dinero era, lo que si sé es que después de pagar el tabaco me sobraban 3 perras chicas, que él me las dejaba para mi, con lo cual me podía comprar el pirulí de colores, a esto es lo que yo llamo mi primer trabajo.
MI PIRULI DE AZUCAR |
Un día de los que me mandó por tabaco me encontré el estanco cerrado y no me lo pensé dos veces, me fuí al puesto de chuches me compré el piruli con el billete y el dinero que me devolvieron se lo di al compañero de mi padre y le expliqué que como el estanco estaba cerrado yo me había comprado "mi" piruli y el dinero que le devolvía era el dinero que costaba el tabaco.Me parece estar oyendo las carcajadas de este hombre que me cogió de la mano y muerto de la risa me llevo donde estaba mi padre para decirle lo lista que era su hija con lo que había hecho, pero a mi padre no le hizo tanta gracia, yo vi como se le ponía la cara de los días de "tormenta"y me dijo que me fuera a casa, el compañero le dijo que no me riñera que se lo había dicho por la gracia que le había hecho, pero mi padre no lo entendió así y me tuvo una semana sin salir nada más que al cole y, por supuesto sin pirulis, ni siquiera los de mi madre. Cuando me levantó el castigo me dijo que podía seguir comprando el tabaco a su compañero pero sin cogerle ni un céntimo, este hombre me siguió dejándome las3 perras chicas que sobraban y me dijo que mi padre no se enteraría, que este sería nuestro secreto, por mi parte no dije ni pio, así que volví a "mi trabajo" totalmente segura, y lo sigo estando, de que aquel dinero me pertenecía, claro que por si acaso mi padre tenía razón yo procuraba que no me viera chupando mi piruli de colores.
Lo curioso es que yo sabía que los pirulis de mis amigas de menta, fresa, limón o naranja solo tenían el color y estaban más "esaboríos" que los que me hacía mi madre que eran de azúcar pura.
De hecho cuando yo salía chupando mi piruli de azúcar, mis amigas me pedían que les dejara darle un chupetón y se ponían en fila para chuparlos, lo que me dejaban yo los terminaba de rechupetear, con lo cual nuestras respectivas bacterias iban de boca en boca y......aquí estoy yo todavía ¡¡¡vivita y coleando!!! a pesar de las bacterias y convencida de que bicho malo nunca muere y que la mortaja del cielo baja.
En la próxima entrada escribiré otra "proeza" que pudo costarme la vida y de la que yo fui culpable, entonaré, en honor a la verdad mi "mea culpa".
Esta entrada y la próxima se la dedico a mi amiga y compañera Mari, Carmen Franconetti, sé que se reirá un poquito, que con los tiempos que vivimos es necesario.
Siempre he creido que en toda relación es imprescindible la objetividad y la empatía. Tú no has sido nunca realmente embustera, has usado una táctica de autodefensa que es otra cosa muy diferente a la mentira...
ResponderEliminarRecientement te comenté que si un hijo/a mía descubriera que me "mentía", lo primero que me preguntaría sería el porqué ¿te acuerdas?, en esta entrada lo vemos con toda claridad, a mi humilde opinión.
Eso sí, eres ingeniosa y graciosa a no va más ¡Puñetera! Me has hecho pasar un buen rato al leer esta entrada, divertida y con moraleja, como a mi me gustan.
Pues mira, alguna vez contaré mis cosillas de niña, que te pueden sorprender, pero que las hacía y encima me daban felicitaciones ¡Ofú con la "chica"! Siempre fuí la pequeña de la familia, de mi clase, de mis vecinitas, de la panda, etc, me solían llamar "Nena", también "Olivitas", por el color de mis ojos.
Gracias por acordarte de mí en tus páginas y dedicarme la entrada que me encanta, ¡Menudas aventureras de aquellas calendas éramos, Antonia!
Pues ya estoy espectante a la próxima...
Pronto iremos por Gines a pasar unoss días e iré a verte ya sin las prisas...
Cuidate y haz caso a los que te queremos.
Besotes desde Nervión.
como puedes ver yo era de armas tomar y mi padre hacia bien en castigarme no porque mintiera sino por el resultado de la mentira, puedo decirte que mi mejor amigo fue mi padre, él se partía de la risa conmigo, y me enseñó lo poco o mucho que sé por que él había estudiado y era muy culto y tenía un gran sentido del humor,nunca intentó influir en mi manera de ser, lo que no soportaba era en los peligros que me ponía con mis barrabasadas. un monton de besos
ResponderEliminarA mi tambien me haces pasar buenos ratos con tus anedotas de tu niñez y tu padre que paciencia tenia contigo (puñetera) yo tambien podia contar algunas pero soy tan tímida que casi no me atrevo alguna vez las contaré. Besos y que pases un buen verano.
ResponderEliminarGracias ángeles, anímate y escribe algo de tu niñez siempre seran divertidas y nos reiremos que falta nos hace en estos tiempos tan convulsos.Espero verte el jueves en la cena de la Casa del Mayor, un beso
EliminarMe encanta esta anécdota, da cuenta de tu inteligencia y del sentido de la justicia que debías tener. Con todos mis respetos pero tu padre no estaba en la razón. Te debía haber premiado por cobrarte lo que te merecías. ¿Qué culpa tienes si el estanco estaba cerrado?
ResponderEliminarRecibe fuertes abrazos.
Hola amiga, me encantan tus comentarios que siempre me enseñan algo, como puedes suponer para mi el tener aquel " capital" en mis manos era como poco muy emocionante,ji,ji,ji. un beso
Eliminar