martes, 6 de junio de 2017

Encajes, bordados y labores a través de mis gafas.

Como ya digo, en mi entrada anterior, hubo otra persona que colaboró con mi padre a " desasnarme" que era como mi padre llamaba, de broma, a mi enseñanza; esta persona fue María Sánchez una Sra a la que le faltaba un año para terminar la carrera de Magisterio, pero cuando la guerra, tuvo que dejarlo. Ahora vivía en Las Minas del Castillo, donde su marido trabajaba en las oficinas de las minas, tenian dos hijos, chica y chico y para ayudar en casa al sueldo del marido, daba clases particulares de todas las materias por las mañanas y por las tardes daba clases de labores.
Yo pude ir a las clases de María, gracias a mi tía Catalina, hermana mayor de mi padre, que económicamente estaba bien y todos los meses enviaba dinero a mi padre para pagarle a mi hermana los cursos de Corte y Confección por Correspondencia, que estaba dando y clases de labores que daba con María. Cuando mi tía se enteró que mi padre era el que me daba clase, con el poco tiempo del que disponía, se ofreció a mandarle dinero para que María me
muestra de calados
diera las clases; a mi padre le daba apuro y le dijo que a él le gustaba darme clase, solo le pidió para que yo, igual que mi hermana diera clases de labores. Con lo que mi tía nos mandó hubo bastante para las clases de labores y aún hubo para que, dos días a la semana me diera también María clases de Historia y Religión, que mi padre, por falta de tiempo no podía darme y tenía interés de que yo diera esas clases. 
María era muy seria pero daba unas clases bastantes atractivas y me encantaban; afortunadamente no tuve que aprender de memoria la lista de los Recaredos, Sigerícos, Alaricos, Segismundo y compañía. En cuanto a la Religión, María era muy religiosa y daba estas clases, que nadie, me las hubiera dado mejor.
Con las labores María tenía unas manos prodigiosas, tenía mucha paciencia, pero también era muy exigente, ahora comprendo que era por nuestro bien; de ella aprendí a hacer calados en la tela sacando hilos de la tela que parecían encajes, me enseñó a bordar a mano y en bastidor, esto me gustó tanto que, ya de mayor hice ajuares, por encargo, y me gané mi dinerito, incluso me hice mi propio ajuar con sábanas bordadas con tela de la viuda de Tolrá, que en aquella época era lo que se llevaba. María me había enseñado un truco para planchar el bordado, que me sirvió posteriormente, para los ajuares que hacía por encargo, que parecían que nadie hubiera puesto las manos en el.
María me enseñó a zurcir y remendar, parece un chiste pero no lo es, en aquella época se aprovechaban mucho las sábanas porque había poco dinero para reponerlas.
De todas las labores, lo que nás me gustó aprender fue a hacer el encaje de bolillos, aquello de que, siguiendo un dibujo con palitos llenos de hilos y alfileres prediendo los hilos en el dibujo, salieran aquellos preciosos encajes, me hacían una tremenda ilusión; no acababa de creerme que aquello lo hubiera hecho yo ; lo hacia con tanto gusto e interés que , hasta María 

le dijo a mi madre que no se explicaba como, con lo inquieta y rebelde que yo era, me saliera un encaje tan perfecto, sobre todo lo bien que hacía las hojitas, con lo difícil que era hacerlas.
Mi madre me lo contó,contenta y orgullosa de lo "lista" que era su hija y la "lista" de su hija se sintió, también orgullosa e hinchada como un bollo de leche metido en café caliente; no estaba acostumbrada a que mis padres me dijeran que había hecho algo bien, porque generalmente era todo lo contrario  y solía " cobrar" por mis "andanzas".
Supongo que, poco a poco y, muy a pesar mío, mi comportamiento, se estaba volviendo, politicamente, correcto.
A lo largo de mi vida, siempre he recordado a María Sánchez con enorme cariño y gratitud, reconociendo lo generosamente que nos ofreció sus conocimientos,
imágenesde Google.










3 comentarios:

  1. Qué entrañable entrada, antes se aprovechaba todo, es cierto.
    Ahora, usar y tirar, para un colectivo demasiado amplio.
    Los recuerdos son grandes maestros, revivimos lo bueno y aprendemos de lo que nos fue mal y compartir esas intensas vivencias es de lo más gratificante tanto para tí como para tus seguidores, eso sí, una muá es la número 1º.
    ¡Faltaría más!
    Unas labores muy primorosas. Enhorabuena.
    Besos artesanales, jeeeeeeee...

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  2. Como puedes ver mi inquietud siempre fue aprender, estoy segura que en eso somos bastante parecidas, aún me acuerdo, con nostalgia, de nuestro paso por la U,P,O, con la ilusión que las dos íbamos ¿te acuerdas?, parecía que nos iban a quitar el sitio fue una de las épocas recientes que más añoro, tanto lo que aprendimos como el lujo de profesores que tuvimos.para mi tanto Sole, como Cocep fueron las mejores.bueno besitos universitarios.ji,ji,ji,

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  3. Que bonita entrada Antonia, conqué poco disfrutamos y que ganas teniámos por aprender, tambien yo contaré algún día mis vivencias con una maestra de la que aprendí mucho de ella.Ahora lo que más añoro es nuestro Colegio y nuestras maestras de las que tanto hemos aprendido pero con estos calores es imposible salir de casa, ooo y xxx.

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